La fosa clandestina de Tucumán sigue aportando información a la memoria. Las víctimas fueron individualizadas mientras aún restan 30 víctimas por identificar. Y que se habiliten las partidas para terminar el trabajo antropológico.
Pablo Roesler
El Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) y el Colectivo de Arqueología, Memoria e Identidad de Tucumán (CAMIT) identificaron los restos de otras 19 personas que fueron víctimas del terrorismo de Estado sepultadas en el Pozo de Vargas, la fosa común clandestina que la dictadura cívico militar -y antes los militares del Operativo Independencia- utilizaron para desaparecer personas. Los nombres elevaron el listado de personas sepultadas en el pozo a 105, y aún está pendiente que el Concejo de la Magistratura habilite las partidas para trabajar sobre otra porción de terreno del predio ubicado en las afueras de la capital tucumana.
Las víctimas identificadas fueron Armando Archetti, Dardo Exequiel Arias, Julio César Campopiano, René Armando Castellano, Alba Luz Consentino, Federico Aldolfo Furth, Néstor Ubaldo Herrera, María Trinidad Iramain, Félix Daniel López, Angel Vicente Manfredi, Julio Antonio Martín y Angel Alfonso Madina. También Humberto Rubén Ponce, Pedro Rodoletto, María Teresa Sánchez, Juan Carlos Trejo y Hugo Arnaldo Vega. Los antropólogos, además, identificaron restos de Ricardo Alberto Pisculichi o de su hermano Rolando Jesús Pisculichi, quienes son indistinguibles desde el punto de vista genético.
El Pozo de Vargas es un viejo pozo de agua ubicado en un descampado localizado en Tafí Viejo, a unos seis kilómetros del centro de la capital San Miguel de Tucumán, que los genocidas convirtieron en una fosa común para ocultar sus crímenes. Ese destino le fue otorgado antes de la dictadura, cuando en 1975 el Ejercito Argentino llevó a cabo en esa provincia el Operativo Independencia, que tuvo el objetivo de exterminar la guerrilla y fue el preludio del terrorismo de Estado que se extendería a toda el país el 24 de marzo de 1976. La tumba clandestina funcionó hasta 1979 y en 2015 fue declarado sitio de Memoria.
Las identificaciones se produjeron mientras se lleva a cabo el juicio por la megacausa Operativo Independencia, que el Tribunal Oral en lo Criminal Federal de Tucumán comenzó el 5 de mayo del año pasado contra diez ex militares, nueve ex policías y un ex gendarme por los crímenes de lesa humanidad cometidos contra 270 víctimas.
El fiscal federal Pablo Camuña, coordinador de la Procuraduría de Crímenes contra la Humanidad de Tucumán, recordó que en ese debate el jueves declaró el perito Ruy Zurita, integrante del CAMIT, y en su presentación sobre el trabajo realizado en el Pozo de Vargas confirmó que “se recuperaron 37.000 fragmentos de restos óseos”, así como "más de 100 proyectiles, prendas de vestir, anillos y vendas”.
Camuña también recordó lo dicho sobre que los equipos de antropología forense habían logrado identificar en el Pozo a 87 víctimas de desaparición forzada, de las cuales cerca de 20 fueron asesinadas antes del golpe de Estado. Y resaltó un dato: “alrededor de 30 individuos y perfiles genéticos no dieron aun resultado en los cruces con el Banco Nacional de Datos Genéticos“.
El firscal recordó que Zurita le dijo al tribunal que “para esconder el pozo se usaron 160 camiones de escombros, se encontraron restos de ácido, cal y uso de fuego", y que aún resta trabajar “sobre los últimos 7 metros del Pozo de Vargas", para lo cual aclaró que el Consejo de la Magistratura debe habilitar los fondos.
Identifican los restos de 19 desaparecidos en el Pozo de Vargas
Se determinaron las identidades de Pedro Rondoletto, Julio César Campopiano y Federico Adolfo Furth, entre otros.
09 Jun 2017 14 1603
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"EL HORROR ME ATRAVIESA". Marta Rondoletto halló a sus cinco familiares desaparecidos en el Pozo de Vargas; busca a su sobrino, un bebé que podría haber nacido en cautiverio. ARCHIVO LA GACETA / FOTO DE FRANCO VERA
Diecinueve nuevas identidades de personas desaparecidas se establecieron a partir de restos hallados dentro del Pozo de Vargas, según publicó la secretaria de Derechos Humanos de Tucumán, Erica Brunotto, en su cuenta de Facebook. De esta manera, se eleva a 105 el número de identidades confirmadas en el sitio de enterramiento clandestino.
Brunotto publicó que los identificados son: Archetti, Armando; Arias, Dardo Exequiel; Campopiano, Julio César; Castellano, René Armando; Castro, Hugo Demetrio; Cosentino, Alba Luz; Furth, Federico Adolfo; Herrera, Nestor Ubaldo; Iramain, María Trinidad; López, Felix Daniel; Manfredi, Ángel Vicente; Martín, Julio Antonio; Medina, Ángel Alfonso; Pisculichi, Ricardo Alberto o Pisculichi, Rolando de Jesús (son hermanos, siendo indistinguibles desde el punto de vista genético); Ponce, Humberto Rubén; Rondoletto, Pedro; Sánchez, María Teresa; Trejo, Juan Carlos; y Vega, Hugo Arnaldo.
La periodista y militante de derechos humanos Marta Rondoletto manifestó su dolor luego de conocer la información que salió del Pozo de Vargas. "Por lo menos ahora ya sé dónde están todos los míos. Siento que el horror me atraviesa", manifestó. Indicó, sin embargo, que continúa buscando a su sobrino, un bebé que podría haber nacido en cautiverio.
De esta manera, los cinco familiares de Marta Rondoletto que fueron secuestrados el 2 de noviembre de 1976 fueron identificados en el Pozo de Vargas. Se trata de sus hermanos Jorge (25 años) y Silvia (26), su cuñada Azucena Bermejo (23) -embarazada de cuatro meses-, y de sus padres María Cenador de Rondoletto (51 años) y Pedro (56). No hay antecedente de tantos miembros de una familia hallados en un mismo sitio de enterramiento clandestino.
El destino de parte de la familia Rondoletto fue el Pozo de Vargas
El Colectivo de Antropología, Memoria e Identidad de Tucumán (Camit) y el Equipo Argentino de Antropología Forense trabajan en conjunto para recuperar los restos del pozo y para establecer las identidades de las víctimas.
El fiscal federal Pablo Camuña, coordinador de la Procuraduría de Crímenes contra la Humanidad de Tucumán, confirmó que hasta la fecha se recuperaron 37.000 fragmentos de restos óseos, además de 100 proyectiles, prendas de vestir, anillos y vendas. "Resta aún trabajar sobre los últimos siete metros del Pozo de Vargas. El Consejo de la Magistratura debe habilitar fondos para ese trabajo", indicó en su cuenta de Twitter.
Qué es el Pozo de Vargas
El ducto de ladrillos es centenario y está ubicado en una finca, perteneciente a la familia Vargas. Abastecía a las máquinas a vapor. Se cree que fue usado entre 1975 y finales de los ‘70 por las fuerzas represivas para ocultar cadáveres de secuestrados que fueron asesinados.
El Pozo de Vargas fue declarado como Sitio de Memoria en diciembre de 2015, cinco años después de la primera identificación de un desaparecido: el ex senador peronista Guillermo Vargas Aignasse. Desde entonces, salieron a la luz decenas de indicios y pruebas de que ese lugar era un sitio de enterramiento clandestino.
En el lugar se trabaja desde 2002, aunque con interrupciones en los primeros años. Desde 2009, las labores son continuas. Una vez por semana se efectúan extracciones y una vez al mes, el material es enviado al Equipo Argentino de Antropología Forense.