"Nuestro único tema era el enemigo de adentro"
Ríos Ereñú, exjefe del Ejército, sorprendió con sus palabras en la audiencia de ayer. En el primero de los alegatos la querella pidió las penas máximas para los responsables del asesinato del militante. Y solicitó al tribunal instruya nuevas causas contra el ex juez federal Manlio Martínez y dos oficiales del ejército.
Por: Gabriela Cruz, desde Tucumán
El primero de los tres alegatos en el juicio por el asesinato de Osvaldo ‘Tordo’ De Benedetti pidió prisión perpetua para dos de los acusados: Ariel Orlando de Valdiviezo y Camilo Ángel Colotti. Los querellantes Bernardo Lobo Bugeau y Pablo Gargiulo, quienes realizan una doble representación –por la Secretaría de Derechos Humanos y por los familiares de la víctima- pidieron la pena máxima y de cumplimiento efectiva. Solicitaron prisión perpetua, inhabilitación absoluta y perpetua, y que se declare “infame traidor a la patria” a Valdiviezo, por ser autor material del asesinato de De Benedetti, y a Camilo Ángel Colotti, como autor mediato del mismo delito doblemente agravado por alevosía y por concurso premeditado de dos o más personas.
La audiencia de ayer fue extensa y comenzó con la declaración testimonial de Héctor Luis Ríos Ereñú. El máximo responsable de la represión en el norte provincial explicó cómo funcionaban los ‘equipos de combate’ que dependían del Regimiento 19. Ante la pregunta de la defensa sobre la supuesta actuación de estos equipos en el conflicto con Chile, el testigo sorprendió a los abogados: “Nada tenía que ver Chile con nosotros. Nuestra único tema era el enemigo que teníamos adentro”. Ríos Ereñú está detenido en el penal de Ezeiza tras haber sido condenado, por delitos de lesa humanidad, en diciembre del año pasado.
En la última audiencia prestaron declaración dos peritos de la Policía Federal, quienes analizaron un documento en el que consta que el Tordo De Benedetti fue retirado por Ariel Valdiviezo del penal de Villa Urquiza el mismo día en que fue asesinado. La pericia caligráfica hecha por la oficial Alejandra Rejas determinó categóricamente que la firma estampada en el ‘acta de entrega’ pertenece al imputado. Si bien, según el peritaje, no se puede determinar de manera concluyente la antigüedad del documento, Sergio Díaz, perito en documentología, aseguró que este no fue adulterado.
En la sala se vivió un clima de emoción cuando se leyeron las cartas escritas por los padres del Tordo. En ellas contaban la manera en que se enteraron de la muerte de su hijo. “En su pecho noble y bueno ha quedado una inmensa ventana, en ella se puede ver cómo fue todo”, decía la carta de su madre, refiriéndose a la herida de bala que recibió Osvaldo. “Juntitos los dos solitos recibimos el chapuzón. Al día siguiente viajamos a Tucumán, allí estaba nuestro sueño interrumpido. Llegamos el 28 y el 29 pudimos dejarlo dormidito en la tierra del azúcar y la melaza” había escrito -entre códigos y metáforas- Osvaldo Lincoln De Benedetti a sus familiares, que estaban en el exilio.
“Estoy seguro que una persona que es capaz de morir con la dignidad con la que murió Osvaldo Sigfrido De Benedetti, recibiendo los disparos en el pecho y no en la espalda, de frente como le dijo que iba a hacerlo a su madre, seguramente es una persona imposible de olvidar”, dijo Pablo Gargiulo sobre el final de su alegato. “Lo único que espero es que ese recuerdo permanezca siempre con el señor Valdiviezo y le recuerde no solamente la criminalidad de su acción sino también la cobardía con la que la llevó a cabo”, concluyó el querellante.
En los alegatos los querellantes pidieron al tribunal que al momento de dictar sentencia ordene la remisión de las piezas pertinentes al fiscal federal de turno, para que instruya causa por posibles delitos de lesa humanidad cometidos por los oficiales del ejército Eduardo Cubas y Antonio Llamas. La misma solicitud se hizo extensiva al ex juez federal de Tucumán Manlio Torcuato Martínez. Este pedido se sustenta en la prueba testimonial producida durante las audiencias pasadas. La audiencia se reanuda el miércoles 28 con los últimos alegatos a cargo de la fiscalía y la defensa.
El reclamo de su compañera Liliana Montanaro
Liliana fue la penúltima testigo en este proceso que juzga la responsabilidad de seis imputados en el asesinato del ‘Tordo’ De Benedetti. Un militante del PRT que dejó, en todos los que lo conocieron, el recuerdo de un hombre solidario, comprometido y alegre. Liliana se emocionó, pero siguió adelante dibujando con sus palabras el perfil del hombre con el que tuvo dos hijos. “Era un gran compañero y el poco tiempo que estuvo fue un gran padre”, dijo sobre el final de su declaración. Pidió justicia por el ‘Tordo’ y por todos los detenidos, torturados y exiliados. Es que aunque este juicio tenga una sola víctima en la causa que juzga, las víctimas son muchas más y la justicia que se haga aquí aporta a nuestra historia, la de los De Benedetti-Montanaro y la de cientos de jóvenes que con sus aciertos y errores habían decidido, como dijera Liliana, “luchar por un país mejor, por un mundo mejor”.
Ríos Ereñú, exjefe del Ejército, sorprendió con sus palabras en la audiencia de ayer. En el primero de los alegatos la querella pidió las penas máximas para los responsables del asesinato del militante. Y solicitó al tribunal instruya nuevas causas contra el ex juez federal Manlio Martínez y dos oficiales del ejército.
Por: Gabriela Cruz, desde Tucumán
El primero de los tres alegatos en el juicio por el asesinato de Osvaldo ‘Tordo’ De Benedetti pidió prisión perpetua para dos de los acusados: Ariel Orlando de Valdiviezo y Camilo Ángel Colotti. Los querellantes Bernardo Lobo Bugeau y Pablo Gargiulo, quienes realizan una doble representación –por la Secretaría de Derechos Humanos y por los familiares de la víctima- pidieron la pena máxima y de cumplimiento efectiva. Solicitaron prisión perpetua, inhabilitación absoluta y perpetua, y que se declare “infame traidor a la patria” a Valdiviezo, por ser autor material del asesinato de De Benedetti, y a Camilo Ángel Colotti, como autor mediato del mismo delito doblemente agravado por alevosía y por concurso premeditado de dos o más personas.
La audiencia de ayer fue extensa y comenzó con la declaración testimonial de Héctor Luis Ríos Ereñú. El máximo responsable de la represión en el norte provincial explicó cómo funcionaban los ‘equipos de combate’ que dependían del Regimiento 19. Ante la pregunta de la defensa sobre la supuesta actuación de estos equipos en el conflicto con Chile, el testigo sorprendió a los abogados: “Nada tenía que ver Chile con nosotros. Nuestra único tema era el enemigo que teníamos adentro”. Ríos Ereñú está detenido en el penal de Ezeiza tras haber sido condenado, por delitos de lesa humanidad, en diciembre del año pasado.
En la última audiencia prestaron declaración dos peritos de la Policía Federal, quienes analizaron un documento en el que consta que el Tordo De Benedetti fue retirado por Ariel Valdiviezo del penal de Villa Urquiza el mismo día en que fue asesinado. La pericia caligráfica hecha por la oficial Alejandra Rejas determinó categóricamente que la firma estampada en el ‘acta de entrega’ pertenece al imputado. Si bien, según el peritaje, no se puede determinar de manera concluyente la antigüedad del documento, Sergio Díaz, perito en documentología, aseguró que este no fue adulterado.
En la sala se vivió un clima de emoción cuando se leyeron las cartas escritas por los padres del Tordo. En ellas contaban la manera en que se enteraron de la muerte de su hijo. “En su pecho noble y bueno ha quedado una inmensa ventana, en ella se puede ver cómo fue todo”, decía la carta de su madre, refiriéndose a la herida de bala que recibió Osvaldo. “Juntitos los dos solitos recibimos el chapuzón. Al día siguiente viajamos a Tucumán, allí estaba nuestro sueño interrumpido. Llegamos el 28 y el 29 pudimos dejarlo dormidito en la tierra del azúcar y la melaza” había escrito -entre códigos y metáforas- Osvaldo Lincoln De Benedetti a sus familiares, que estaban en el exilio.
“Estoy seguro que una persona que es capaz de morir con la dignidad con la que murió Osvaldo Sigfrido De Benedetti, recibiendo los disparos en el pecho y no en la espalda, de frente como le dijo que iba a hacerlo a su madre, seguramente es una persona imposible de olvidar”, dijo Pablo Gargiulo sobre el final de su alegato. “Lo único que espero es que ese recuerdo permanezca siempre con el señor Valdiviezo y le recuerde no solamente la criminalidad de su acción sino también la cobardía con la que la llevó a cabo”, concluyó el querellante.
En los alegatos los querellantes pidieron al tribunal que al momento de dictar sentencia ordene la remisión de las piezas pertinentes al fiscal federal de turno, para que instruya causa por posibles delitos de lesa humanidad cometidos por los oficiales del ejército Eduardo Cubas y Antonio Llamas. La misma solicitud se hizo extensiva al ex juez federal de Tucumán Manlio Torcuato Martínez. Este pedido se sustenta en la prueba testimonial producida durante las audiencias pasadas. La audiencia se reanuda el miércoles 28 con los últimos alegatos a cargo de la fiscalía y la defensa.
El reclamo de su compañera Liliana Montanaro
Liliana fue la penúltima testigo en este proceso que juzga la responsabilidad de seis imputados en el asesinato del ‘Tordo’ De Benedetti. Un militante del PRT que dejó, en todos los que lo conocieron, el recuerdo de un hombre solidario, comprometido y alegre. Liliana se emocionó, pero siguió adelante dibujando con sus palabras el perfil del hombre con el que tuvo dos hijos. “Era un gran compañero y el poco tiempo que estuvo fue un gran padre”, dijo sobre el final de su declaración. Pidió justicia por el ‘Tordo’ y por todos los detenidos, torturados y exiliados. Es que aunque este juicio tenga una sola víctima en la causa que juzga, las víctimas son muchas más y la justicia que se haga aquí aporta a nuestra historia, la de los De Benedetti-Montanaro y la de cientos de jóvenes que con sus aciertos y errores habían decidido, como dijera Liliana, “luchar por un país mejor, por un mundo mejor”.
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