viernes, 7 de diciembre de 2012

Describieron el papel de civiles en la dictadura

Un testigo en la megacausa relató cómo personas se infiltraban en grupos políticos para colaborar con los militares
 
Fueron bajados a la fuerza del avión que habían abordado junto a su madre para reunirse con su papá, un médico rural que estaba exiliado en Venezuela. Les vendaron los ojos y los maniataron. Estuvieron en un Centro Clandestino de Detención (CCD) en Buenos Aires. Allí, para calmarlos, en las penumbras, mujeres detenidas les susurraban canciones infantiles. Los abandonaron en la calle, cerca de la casa de una familia amiga. El más pequeño, de siete años, pudo desatarse y liberar a sus hermanos de 11, 12, 13 y 16. "Cuando llegaron finalmente a Venezuela estaban con la ilusión de que su mamá iba a volver". Nélida Azucena Sosa deForti, sin embargo, permanece desaparecida desde esa mañana del 18 de febrero de 1977. Las imágenes del infierno que vivieron cinco hijos de la familia Forti (uno de ellos se quedó en Tucumán) cuando estuvieron secuestrados junto con su madre fueron descriptas por la testigo Luisa V. Se trató de uno de los relatos más conmovedores de la décima jornada de la megacausa por crímenes de lesa humanidad "Arsenales II-Jefatura II", que tiene a Sosa de Forti entre las 234 víctimas.

Luisa V. y su familia tenían previsto abordar el mismo vuelo, pero un imprevisto cambió su suerte. La mujer relató que su esposo, que también era médico, y Forti habían conseguido trabajo en ese país del exterior en un programa para mejorar la calidad de vida de poblaciones rurales. Ambos matrimonios, según comentó, estaban comprometidos con proyectos de educación popular. "El contexto se volvía cada vez más amenazante. Todos los días secuestraban y conocíamos a mucha gente desaparecida. No pedimos asilo, pero estábamos exiliados", explicó la testigo en relación al porqué del viaje.

Luego, detalló que hicieron innumerables denuncias y gestiones en Caracas, ante organismos internacionales, para pedir la liberación de Nélida. Tiempo después, pudieron reconstruir lo que pasó con ella. Fue trasladada a Tucumán y alojada en el CCD que funcionó en la Jefatura de Policía. En el expediente, testigos dieron cuenta de que allí fue torturada y que fue obligada a prestar declaración. Se cree que fue ejecutada.

"Grupos de inteligencia"

"Con el tiempo, supe que al grupo que secuestró a mi sobrino Gabriel Agüero lo comandó Roberto "El Tuerto" Albornoz", expresó Marcelo V. A, el segundo testigo que pasó ayer frente a los jueces Carlos Jiménez Montilla, Gabriel Casas y Juan Carlos Reynaga.. El hombre, que fue policía y periodista, detalló que gracias a sus contactos investigó sobre el destino de su familiar y de su esposa, Estela López. Comentó que Gabriel se reunía con otros jóvenes del Partido Socialista y que, entre ellos, habría habido colaboradores civiles de las fuerzas de seguridad infiltrados. "Integraban la CNU (Concentración Nacional Universitaria), se hacían pasar por una agrupación de estudiantes y eran grupos de inteligencia", describió. A continuación, brindó una lista de presuntos colaboradores con la dictadura, en la que incluyó al escribano Juan Carlos Benedicto.

El matrimonio fue secuestrado en septiembre de 1977 en la vieja terminal y se cree que estuvieron en la Jefatura. Ambos están desaparecidos. Juan Manuel Z. y Manuel A. eran trabajadores del Ingenio San Juan cuando fueron secuestrados. Ambos coincidieron en detalles del modus operandi de las fuerzas de seguridad: los capturaron de noche, encapuchados, y los torturaron con golpes y electricidad. Ambos aludieron a que muchos de sus compañeros de trabajo desaparecieron, entre ellos, Manuel Antonio Tártalo, otra de las víctimas del expediente.

Al cierre de esta edición, exponía su experiencia Raúl S., un vecino de Concepción que trabajaba en una veterinaria cuando fue detenido (1977). Era vecino de Oscar Jiménez, un delegado gremial de una fábrica textil que está desaparecido y que es otra de las víctimas que aparece en la causa. De hecho, lo vio en la Jefatura y pudo hablar con él. Raúl habría estado también en los CCD de "La Escuelita" y en el "Arsenal". Brindó detalles escalofriantes de la vida en los centros de detención. "Cuando llegué a uno de los lugares (lo trasladaron varias veces), escuché a un hombre suplicar que lo mataran. Me contaron que lo tenían colgado de un pie desde hacía tres días", recordó apenado.

Se espera que durante la jornada de hoy sigan prestando declaración nuevos testigos.

234 Crímenes por resolver

José Rodríguez (desaparecido)

En septiembre del 76 un grupo de militares saqueó su casa y lo secuestró. Fue llevado a la Brigada, donde sus familiares lo visitaron. Habría sido ejecutado. Está desaparecido.

Humberto Ponce (desaparecido)

Militante de la UCR, fue secuestrado en mayo del 77. Los captores robaron pertenencias de su casa. Estuvo en el CCD de la Jefatura. Habría sido ejecutado. Permanece desaparecido.

Ricardo y Silvina Salinas (desaparecidos)

El matrimonio fue detenido en San Salvador de Jujuy, en la vía pública. Estuvieron en el CCD de la Jefatura. Habrían sido asesinados. Ambos permanecen desaparecidos.

Wilfredo Rodríguez (secuestrado)

Fue secuestrado por policías en julio del 76. Fue trasladado a la seccional IIº. Fue liberado y lo volvieron a detener. Estuvo alojado en la Brigada. Luego recuperó su libertad.

Luis Rojas (desaparecido)

Tenía 46 años, estaba casado y trabajaba en el Ingenio Concepción como mecánico. En agosto del 77 fue secuestrado de su casa. Estuvo en la Jefatura de Policía. Permanece desaparecido.

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