jueves, 3 de octubre de 2013

Inspección ocular en Santa Lucía y Caspinchango


Publicado por Gabriela Cruz
El jueves 26 de setiembre se realizó la ultima inspección ocular del juicio por la megacausa Jefatura II – Arsenales.

La medida inició en la Comuna Rural ‘Santa Lucía’ donde, en febrero de 1975, se instaló la Base Militar. En ese lugar, según indican los testimonios, se encontraba un sótano en el que se torturaba.

Los testigos que participaron de esta inspección fueron: Juan Manuel Quinteros, Domingo Antonio Jeréz, Manuel Humberto Suarez, Lucía Mercado, María Candelaria Moyano, Oscar Godoy, Julio Antonio Ahumada, María del Valle Segura, Francisco Vega y Lucía Aguilar.

Luego se realizó el reconocimiento en la Localidad de Teniente Berdina (Caspichango). En la zona conocida como la ‘Chimenea Mota’ estuvo instalada una base. Testigos sobrevientes indicaron los lugares donde fueron sometidos a torturas.

De esta última instancia participó Domingo Antonio Jeréz (ex conscripto) y Juan Manuel Quinteros.
Fotografías de Agencia Infoto

Fue en Santa Lucía y Caspinchango, donde grupos del Ejército montaron bases en antiguos ingenios azucareros para comandar la represión en la zona durante la dictadura. El objetivo del procedimiento judicial fue que víctimas y testigos reconocieran los sitios donde se cometieron los crímenes.
Ambos lugares habían funcionado como ingenios azucareros, pero durante la dictadura fueron utilizados por grupos del Ejército para comandar la represión en la zona. Las bases instaladas en pleno monte dependían de los regimientos N° 19 de Tucumán y N° 28 de Tartagal.

El objetivo de las inspecciones oculares fue que víctimas y testigos reconocieran los sitios, que fueron ocupados por las fuerzas armadas desde 1975 por el llamado “Operativo Independencia”.  Los integrantes del tribunal,  los fiscales  y testigos, recorrieron los lugares junto al público, entre el que había abogados, familiares de víctimas y vecinos.

"Fueron dos pueblos intervenidos militarmente entre 1975 y 1979. Durante todo el tiempo hicieron un control de la población, con secuestros, allanamientos ilegales y abusos sexuales dentro de la misma vivienda de las víctimas. La experiencia concentracionaria se extendió a todo el pueblo", había explicado la semana pasada Camuña.

Cabe recordar que el viernes 20 se inspeccionó el Pozo de Vargas -una fosa común en un aljibe-  y antes se hizo lo propio en el ex Arsenal Miguel de Azcuénaga, en la Escuelita de Famaillá, en el ex Ingenio Nueva Baviera y en la comisaría de Monteros. El proceso, en el que se juzgan las responsabilidades que tendrían 41 imputados en 206 casos sobre privaciones de libertad, torturas, homicidios y delitos sexuales, está ingresando a las etapas finales; se estima que los alegatos tendrán lugar a fines de octubre.

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