viernes, 16 de agosto de 2013

"Nos dijeron que íbamos a 'inaugurar' el Arsenal"

Expresó SA, en su testimonio, ayer, en el marco de la Megacausa Jefatura II – Arsenales II. En su declaración identificó a varios de los integrantes que se encargaban de secuestros, torturas y a los que realizaban tareas de guardias.

Durante la jornada de ayer, en el marco de la Megacausa Jefatura II – Arsenales II declaró SA, a quien se le aplicó el Protocolo de Estocolmo, con el que se protege a víctimas de delitos sexuales en contextos de terrorismo de Estado, por lo que la sala del Tribunal Oral Federal fue desalojada de público y de los imputados. Tampoco puede reproducirse su nombre.

Era estudiante de arquitectura. Integraba, junto a dos compañeras, una célula de superficie del PRT-ERP. Según sus testimonio el 14 de abril de 1976 fue detenida, secuestrada, llevada al campo de concentración que funcionaba en la Escuela Universitaria de Educación Física de la Universidad Nacional de Tucumán.

Pocos días después fue trasladada a otro campo, que funcionaba en la Colonia de Menores, conocido como "El Reformatorio". Allí, después de varias sesiones de tortura, brindó a sus captores la identidad y el domicilio de quien era en ese momento su novio, Osvaldo Pérez. Éste era estudiante de Ciencias Económicas y militaba en el Grupo de Base Independiente, una organización estrechamente vinculada al PRT-ERP. También integraba la Comisión del Comedor Universitario y era compañero y discípulo de uno de los más importantes dirigentes estudiantiles del Tucumán de esos años, José “El Macho” Luna.

Pérez logró eludir a los represores por pocos días. Fue capturado en el Chaco, su provincia de residencia. Fue salvajemente torturado en la Jefatura de Policía de Resistencia y después llevado a Tucumán por una patota militar que viajó expresamente para conducirlo al Reformatorio.

La testigo manifestó en todo momento que ella estuvo secuestrada, y que no puede hablarse de “colaboración” en el contexto de encierro en un campo de exterminio, como era el Arsenal. Cuando nos trasladaron allí, nos dijeron que íbamos a ‘inaugurar’ el lugar”, relató. Al sobrevivir, dijo que vió pasar por ese CCDD alrededor de 1000 detenidos.

Estuvo casi todo el tiempo que pasó detenida, según contó, con su entonces novio, Osvaldo Pérez “el Chaqueño”. En su testimonio nombró a varios integrantes de la “patota” que realizaba los secuestros, a los torturadores y a los guardias que quedaban a cargo de los detenidos una vez que se retiraban “los de Inteligencia” (los interrogadores). Entre los secuestradores recordó a una persona que le decían 'Juanca', 'Soplete' González, gendarme Velardez (de Tafí Viejo).

“En el Reformatorio pude hablar con Ernestina Jackel y escuché nombrar a una señora embarazada de dos meses. También estaba otra a la que le decían comadre o panzona, a la que un tal ‘Indio’ sacaba a caminar. Ella decía que, cuando naciera su hijo, la iban a matar. No sé quién era, y podía ver nada porque nos ponían apósitos en los ojos”, dijo S.A.

Ya en el Arsenal, comentó, que supo de la muerte del soldado Toledo Pimentel. “Escuché hablar de que lo habían matado ahí adentro, y esa noche se descargaron la bronca con los demás detenidos”, aseguró. También relató que fue obligada a señalar a gente y a dar nombres. Una de esas personas, dijo, era N.C, una mujer que también declaró bajo el paraguas del Protocolo de Estocolmo por haber sufrido reiteradas vejaciones.

En ese centro de exterminio, según lo denominó, conoció a Ana Cantos, hermana de Germán Cantos, y a Freddy Carbonell, todos ellos desaparecidos. Vio al doctor Argentino Augier, que sufrió aberrantes torturas, como el enterramiento, y que es uno de los sobrevivientes que contó el horror que se vivía dentro del Arsenal.

También vio enterrados al Bombo Abat, a Yolanda Borda. En el Arsenal a Víctor Hugo Safarov, que tenía una gangrena en el brazo, “fue dejado morir sin atención”, dijo. Agregó que López Guerrero (imputado) era parte de la patota de civil. “Lo reconozco porque es arquitecto”.

La testigo se negó a contestar las preguntas de la abogada Laura Figueroa, con quien tuvo entredichos. “Yo soy una sobreviviente, lo prueba el hábeas corpus que presentó mi madre cuando me secuestraron”, insistió.

Durante su testimonio reconoció que fue desnudada y le colocaron picanas en sus genitales pero aclaró que no fue violada.

Causa Medina

Por otra parfte, luego de un cuarto intermedio, continuaron las audiencias en el TOF con la declaracion, de Asunción de Jesús Cerrizuela, su esposo Ángel "Lito" Medina quien fue secuestrado el 27 de septiembre de 1976, a los 29 años. Era casado. Trabajaba de empleado del Banco de la Nación y políticamente se desempañaba como secretario del Partido Comunista. Fue secuestrado de su domicilio en Tucumán.

Asunción contó que esa noche, estaban junto a su esposo, reunidos en su casa, cuando ingresaron muchos hombres armados. Dijo que encañonaron a toda la familia, cuando se llevaron a su esposo, 'Lito'.

La mujer hizo la denuncia, no se quiso retirar de la comisaría hasta que no le den una constancia. Vivía en Monteros.

La testigo expresó que habló con el entonces jefe de la policía, coronel Mario Albino Zimmerman, quien la mandó a Nueva Baviera para que hable con Arrechea. Cuando llegó éste no estaba y habló con otra persona que le dijo que 'ellos habían estado en Fronterita' la noche del secuestro de Lito. Me dijeron que vuelva a mi casa a cuidar a mis hijos, sino me pasaría lo mismo.

Recordó el testimonio del doctor Augier, quien en su declaración dijo que estuvo secuestrado con Lito en Arsenal. En este sentido Asunción sostuvo que habló con Augier cuando éste fue liberado y le manifestó: “cuando yo salí él seguía con vida".

Por esta misma causa declaró Julia del Carmen Medina Gutierrez, hermana de Ángel Alfonso Medina. “Mi hermano en primer lugar era militante. Estaba orgulloso de su militancia. Por él y por los 30.000 desaparecidos lo único que pido es Justicia".

Más tarde declaró Augusto Medina, hijo de Ángel. Tenía 12 años cuando secuestraron a su padre. Habló de la persecución que sufrió su familia durante el Operativo Independencia. "Teníamos que ir a la escuela mirando los autos de frente".

Sobre su papá dijo: “me enseñó a no claudicar en mis ideales. Comprendí la lucha, comprendí el amor a la gente, el amor a un pueblo" y agregó “a mi padre lo sacaron de la casa, esos seres que eran traidores a la patria, porque mi padre era patria” por eso "tienen que ir a cárcel común, son ladrones de vida, son asesinos".

Fuente: Tucuman Hoy

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